Obscurus Cor -Cap II-

Cap II: Furia Dragón

   A la mañana siguiente Memi se despertó, estiró bien los brazos y dejó escapar un gran bostezo que tapó con su mano.

- ¡Buenos días!- dijo alegremente aunque su voz todavía denotaba que estaba algo dormida. Frente a ella estaba la fogata, ya apagada, y un Hyde que tenía la mirada perdida en las cenizas- Dije buenos días.
El pokemon suspiró y cortó el hilo de sus pensamientos para mirarla – Ya te oí – se podía ver que no había podido dormir bien. Se frotaba sus ojos irritados.

- ¿No dormiste bien? ¿Quieres descansar en tu pokebola?
- Ja, ¿y perderme la oportunidad de ver como tratas de salir de aquí? Olvídalo-
- ¡Bien! –Infló las mejillas – ¡Pero si te duermes te dejaré! –juntó sus pertenecias y se puso en marcha.
- Todos sabemos que no harías eso – marchaba tras ella, bostezando y suspirando.

   Caminaron un largo tiempo. La chica cada tanto miraba de reojo a su pokemon para ver como estaba.  Estaba algo preocupada de verlo así.

   Durante la noche el bosque era muy silencioso, pero de día se podían escuchar los pokemons salvajes luchando. Había que ser cuidadoso o podrías terminar enfrentado a un gran y feróz pokemon. Memi estaba atenta. Un potente gruñido le puso los pelos de punta. Sea lo que sea, estaba cerca. Con algo de miedo, la castaña se puso en posición. Sin embargo, su rival nunca llegó.

- Woow, tiene tanto miedo de ti que no quiere mostrarse – dijo irónicamente el Hydreigon.
- P-pero oigo que esta cerca – con cuidado fue en la dirección que provenía el sonido.
- Memi…no me haré responsable si te pasa algo – se quedó parado mirando como ella se iba. No tardó mucho en seguirla.
   Memi se paró frente a un gran arbusto. Podía oír el gruñido con mucha claridad. Se arrodilló y se asomó levemente para poder ver. En aquel claro había un Ryhorn que parecía no tener un buen día.
- ¿Los Ryhorn no habitan en el campo?
- Debe haberse perdido – bosteza Hyde- Vámonos…
- Espera, esta peleando contra alguien. Quiero ver – se trasladó hacia otro lugar porque el gigante de piedra le tapaba la vista – ¡Ay no! Esta peleando contra un Deino y el pequeño está herido.

   Al escuchar la palabra con "d" Hyde rápidamente se asomó por los arbustos. No había duda, era él. Sin perder el tiempo, el peliazul se adentró al claro.

- ¡H-hyde espera! –la chica se sorprendió.

   El Ryhorn corrió para embestir nuevamente al pequeño Deino que yacía arrodillado en el suelo y malherido. A mitad de camino su marcha se vio detenida por el Hydreigon.

- ¡Quítate del medio!- vociferó el Ryhorn.
Hyde lo miró fríamente – Hoy no estoy de humor para soportar que un cabeza de piedra como tú me de órdenes… -empujó al grandote que chocó contra el tronco de un árbol, que por poco cae al suelo.

   El pokemon de piedra estaba poseído por la ira y se lanzó a atacar a Hyde. Este abre sus seis alas para esquivarlo, no obstante, al estar algo cansado no lo esquiva a tiempo, recibiendo un golpe en el brazo. Eso prácticamente acabó con la paciencia de Hyde, invocando así su propia furia, logrando que la batalla no durara ni 3 minutos. Mal herido y aterrado, el Ryhorn huyó. Memi logró salir de su asombro de ver a su pokemon pelear y fue directo con él.

-¡Hyde! ¿Estas bien?- el susodicho no le contestó. Fue hacia donde estaba el Deino que había perdido el conocimiento y lo tomó en brazos.
- Tienes que curarlo. Vamos a un lugar seguro… -
Memi lo miró y asintió rápidamente – Esta bien.

   Se instalaron al lado de un arroyo y la chica se dispuso a curar al pequeño malherido
- Pobrecito –le acarició la cabeza, mientras terminaba de vendarle el brazo. –Hyde, ¿Cómo esta tu brazo?
- Estoy bien – Desvió la mirada – No tenías porque curarme.
- ¡Claro que si! Eres mi compañero. Además, así no podrás cumplir la promesa que le hiciste a papá.
Hyde se quedó en silencio.
- ¿Cómo esta? –dijo un momento después.
- Se recuperará, pero necesita cuidados y parece que no tiene dueño.
- Que se quede con nosotros hasta que se recupere, yo me haré cargo de llevarlo- Memi se le quedó mirando - ¿Qué?
-Es la primera vez que veo que te preocupas por alguien.
- Sigue diciendo estas cosas y tendrás que empezar a preocuparte por ti…
- ¿Nunca vas a dejar de ser tan malo conmigo?